16 abr 2013

FLORES DE AZAHAR en Huerto Gourmet

No hay nada que haga tan patente la primavera mediterránea como la aparición de las flores de azahar, el nombre de la flor de todos los cítricos. Una especie sencilla pero envolvente por su olor, que se reproduce en esta época en grandes cantidades. Un naranjo adulto puede producir ¡hasta 20.000 flores en una primavera!

Nuestro huerto en esta época se salpica de estas flores perfumando cada rincón con su fresco aroma. En Huerto Gourmet cultivamos hasta 14 especies diferentes de cítricos y cada uno de ellos produce una flor de azahar característica, así que podéis haceros una idea de lo que supone en esta época pasear por nuestros campos... Una verdadera delicia. Y por las tardes, con la cálida brisa de levante la sensación se multiplica por mil :) ¡Mirad como lucen esta mañana con este estupendo manto azul que tenemos por cielo y junto a nuestras palmeras! ¿No os parece una maravilla?

Flor azahar · Bergamota · Huerto Gourmet
Flor de azahar · Mano de buda · Huerto Gourmet
Esta abejita se ha ido a posar en la más olorosa: el azahar de mano de buda, con mucha diferencia, el más fragante de todos nuestros cítricos. Le sigue en intensidad aromática la flor de azahar de yuzú y a éste, la flor de azahar de bergamota. Sin embargo, y como dato curioso, hay una flor que resulta inodora... la flor de azahar del caviar cítrico... ¡con el intenso aroma que tiene este fruto!

Flor azahar · Yuzú · Huerto Gourmet
Flor azahar · Bergamota · Huerto Gourmet
Por lo general los pétalos de la flor de azahar son muy carnosos y de color blanco aunque en el caso de la mano de buda y el limón meyer, están cubiertas de una capa de color púrpura, muy típico en todas las que pertenecen a la familia del limón. 

Flor azahar · Mano de buda · Huerto Gourmet
Flor azahar · Limón Meyer · Huerto Gourmet
Suelen ser de pequeño tamaño pero hay una flor que destaca por sus dimensiones por encima de todas... la que produce el limón ponderosa...puede llegar a medir hasta ¡8 cms!

Flor azahar · Limón Ponderosa · Huerto Gourmet
Como muchos sabéis el azahar está presente en los mejores perfumes, pero también en preparados cosméticos o farmacológicos y su uso también se extiende a la gastronomía, de hecho, su aceite esencial, el nerolí, se suele utilizar bastante en repostería. Y si las dejamos secar tras recolectarlas  (directamente del árbol o poniendo una malla en el suelo, ya que apenas duran un par de días al abrirse), podemos hacer deliciosas y relajantes infusiones con ellas por sus propiedades sedantes. Por si no pudisteis escucharlo en directo, no os perdáis este jueves el enlace que dejaremos en facebook de la última emisión del pasado viernes 12 de abril en Onda Cero de nuestro programa semanal LA BOTÁNICA DE LOS SENTIDOS en el que Santiago Orts nos habla de los usos de las flores en gastronomía y de esta flor tan especial.

Te negro flor de azahar · Imagen vía tes-infusiones-gourmet
Del aroma de la flor de azahar se han escrito hasta leyendas... ¿Conocéis la de Al-Azhar y Xurán? Os dejamos con ella... ¡Que la disfrutéis! ¡Nos vemos en el siguiente post!

" Cuenta la leyenda que el sultán de la medina de Granada, Alkabul el Privilegiado, posó sus ojos en la incipiente gracia de la hija de una pareja de sus esclavos, Al- Azhar. El sultán, prendado de los luminosos encantos de la doncella, mató a sus padres y la llevó a vivir con él; con el propósito de desposarla el mismo día que la joven cumpliría trece años. Semanas antes de celebrarse el casamiento, Xurán, un joven calígrafo y arquitecto de la Granada nazarí, recibió de Alkabul el encargo de decorar la cámara nupcial. Apenas traspasó el dintel de la puerta y se encontró con la princesa, descubrió en sus grandes ojos negros el misterio del amor y del deseo. Una tarde poco después, cuando los señores y los esclavos dormitaban al placido descanso de la tarde, se encontraron a solas y Xurán le declaró su amor. Xurán también le contó a Al-Azhar que una vez hubiera acabado el encargo del sultán sus ojos serían cegados para que no volviera a crear una obra similar. Esa misma noche se volvieron a encontrar y los amantes abrasaron sus deseos entre las palmeras de la medina. Justo eran los días en los que los naranjos amargos estaban en flor. Entre jadeo y jadeo, la Alhambra se iba llenando del perfume de la flor del naranjo. Sería su última noche. Al amanecer se despidieron entre lágrimas. Ciego de ira y loco de dolor cómo sólo un déspota es capaz de estarlo, el sultán Alkabul mató a la bella Al-Azhar y después de quemar su fino cuerpo dispersó sus cenizas entre los rosales del palacio. A pesar del olor de las cenizas y de la fragancia de los rosales no consiguió aplacar el aroma que los amantes habían dejado la noche anterior ni el rastro que en el aire permanecía de la fragancia amorosa creada con la mezcla de sus cuerpos. Arkabul, guiado por el perfume que Al-Azhar había impregnado en Xurán, le persiguió y persiguió hasta acorralarlo en el promontorio del Veleta, donde se quitó la vida. Desde entonces, acaba la leyenda, cuando la brisa sopla sobre los jardines de la Alhambra, un aroma penetrante e inolvidable que se extiende por Granada.

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